Mi vida antes de Cristo era una vida vacía, a pesar de tener mi familia, no pensaba que era necesario casarse para ser feliz con mi esposo, pensaba que eso era un invento de la Iglesia, pero con mi encuentro con Jesus de Nazaret comprendí cuan diferente es la vida, después de Cristo mi matrimonio adquirió otro sentido en mi vida y al solucionar algunos problemas que impedían recibir la bendición de Dios nos casamos, es el mejor negocio que se puede hacer: cambiar mi vida por la de Cristo, ahora puedo decir que soy una mejor esposa, mejor madre y mejor hija.