“En todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman”: Romanos 8, 28.

Provengo de una familia donde mis padres me inculcaron siempre buenos principios, sobre todo valores religiosos, incluso estuve como seminarista por dos años con los Misioneros Xaverianos; sin embargo hasta entonces no se había marcado una huella definitiva en mi vida y solo cumplía con preceptos religiosos.

Me fui envolviendo en una vida mediocre, engañando a mis padres para no ir a la escuela y poder reunirme con amigos para perder el tiempo; me incorpore a un grupo con instrucción militarizada con el objetivo de aprender defensa personal y poderme desquitar de aquellas personas que me agredían.

En 1984 una enfermedad me postro en cama, totalmente inmóvil (los médicos decían que era irreversible), dependía de los demás. En estas circunstancias, me di cuenta que no tenia verdaderos amigos, hasta que una persona insistió para que me acercara a un grupo de oración. Después de un tiempo de resistencia, acepté y comenzó una nueva forma de ver las cosas. A mediados de 1985, un amigo me llevó a un retiro en el cual tuve una experiencia como nunca antes, comprendí que Dios siempre me estaba esperando para darme todo su amor; sobre todo me mostraron y acepté la gran propuesta de salvación que el Señor Jesús hacía para mi vida; a partir de ese momento mi rehabilitación fue más notoria, dejé de utilizar una silla de ruedas a la que ya me había acostumbrado. No habían pasado tres meses cuando también me invitaron a evangelizar, compartiendo la experiencia de salvación que nos ofrece el Señor Jesús.

En 1988 sentí que el Señor me invitaba a dar más pasos adelante y decidí dedicarme de tiempo completo a la Evangelización. Me casé en 1991 y el Señor me ha bendecido con una familia, mi esposa Cristina, mis hijas Noemí, Areli y mi hijo Jonatan Jesua.

En 1992 me integré al proyecto Evangelización 2000 México, donde colaboré en la promoción y ejecución de proyectos evangelizadores en la República mexicana.

Desde 1998 colaboro en la Escuela de Evangelización San Andrés para formar a los Nuevos Evangelizadores para el Tercer Milenio.

He visto realizado un gran sueño: evangelizar a través del canto; el Señor me ha dado la oportunidad de grabar dos cds: «Caminar contigo» y «Renacer en tu Espíritu, Señor«.

Gracias Señor Jesús porque mi vida en tu Señorío no significa que me quites algo, sino que Tú me das todo. «Me amaste y te entregaste por mí» (cfr. Gal. 2, 20).